Adicto a la Madrugada

Madrugadas
con demonios satánicos
corrompiendo mi dignidad
despedazando entrañas
fracturando huesos
rompiendo los pulmones
alimentándose con la sangre
otorgándome
el fin de la agonía.

Almas negras
corrompen virtudes
inhalando el gris
con su capacidad de lastimar.

Degradan el orgullo
en deprimidas ciudades,
no puedo defenderme
la sumisión del no existir,
de ansiar la muerte
para no seguir sufriendo
es más fuerte,

que mis ansias
por amarte,
ironica belleza de mujer.

Pudriéndome en purgatorios
repleto con la abundancia
de mis perdidas,
oraciones sin promesas
mutando en heces mentales
creando fantasmas que arden
por el consumo indebido
de estupefacientes y narcóticos.

Aniquilantes almas
prostituyendo voluntades,
seres errantes
deambulan con la condena
gritando angustias
por suicidios propios.

Apetecen drenar sus bacterias
destruyendo paraísos,
distingo el miedo al mirarme
en tumbas plagadas con sangre
es más difícil pensar en morirme
y saber que es algo inevitable
cuando estamos juntos.

Besándonos
realmente no percibo
el aglutinamiento
de gusanos y aves carroñeras
olvido con los tumultos de pasiones
que existe algo más,
que instantes
para poder amarnos mutuamente.

Madrugadas en mi adicción
toxicómano del insomnio
el reloj, avanza,
lentamente
con estruendos de contundencia,
estoy endeble a tentaciones
embargue todas tus cartas
no es que ya no me interesara,
saber que me amas
solo es el poder alcanzar
a distinguir tu aroma
en sabanas solitarias
la prueba de que remembranzas de ti
sobran activamente
en la sinopsis de mi vida.

Paredes esculpidas
atravesando
lumbres insustanciales
en esta noche la sangre
cuando el paraíso muere
fluirá en sacrificios,
creando mitos legendarios
reinventando mutilamientos
con la ausencia de la mujer
que tanto extraño.

Párpados hospedando inseguridades
duermo solo por instantes,
todo se torna oscuro
tendrían que matarme
para lograr que concilie el sueño.